Me despiden a diez minutos de coger mis vacaciones de verano.
Encajo el golpe.
Me paso dos semanas asumiendo mi situación, arropado por la soledad del sofá y con un mando de consola entre las manos.
Pero no dejo pasar más tiempo… Ya me he auto-compadecido lo suficiente.
El mundo sigue girando y no se va a detener porque no tenga trabajo ni porque lo esté pasando mal.
De repente, una bombilla se enciende en mi cerebro y decido dar un giro a mi vida.
Me dispongo a coger las riendas de mi existencia y decirle al mundo (ese que no deja de girar) que aquí estoy yo, que esto es lo que soy y que esto es lo que quiero hacer.
Y empiezo de la forma más sencilla, como todo debería ser…
¡Hola, mundo!
Me apunto a unos cursos gratuitos de diseño web para desempleados y allí, tengo la tremenda suerte de conocer a una excepcional profesora y a un, al menos para mí, gran desconocido al que llaman WordPress.
De este último dicen que es un CMS, un gestor de contenidos o algo por el estilo, aunque a mí eso me da igual…
Lo que me importa de WordPress es la cantidad de cosas que puedo hacer con él…
Sus infinitas herramientas para hacer prácticamente lo que quiera…
Su sencillez en el manejo…
La cantidad de información y documentación que puedo encontrar a un par de clicks de ratón…
La increíble comunidad que tiene tras de sí, dando apoyo y soporte inmediato…
Este WordPress es alucinante.
Sin saber muy bien cómo, me veo a mí mismo frente al ordenador con una web finalizada.
Y, aunque pueda sonar prepotente, me enorgullezco de haber creado mi propio espacio en la web donde digo quién soy, lo que soy, lo que quiero hacer…
Este WordPress es alucinante (no me importa repetirme).
Gracias a él, en un tiempo récord, he conseguido tener un espacio personal que me pertenece por completo, en el que me puedo mostrar tal y como soy y en el que puedo hacer prácticamente cualquier cosa que me proponga: contar mis experiencias, tener un comercio online, abrir debates sobre temas comprometidos con la sociedad…
Cualquier cosa.
Es mi espacio propio y personal donde poder expresarme con total libertad.
Pero por muy mío que sea, por mucho que me pertenezca o por muy personal que sea mi espacio, no es nada si no lo comparto con los demás, si no lo convierto en un lugar virtual en el que poder decir a toda la gente…
¡Hola, mundo! (aquí estoy yo)
Tras la primera web sigo haciendo más cursos (con la misma y genial profesora)…
Y más webs y más cursos…
Durante ese transcurso de estudios, conozco las MeetUp de WordPress y, al final, como si mi destino ya estuviera prefijado, termino como organizador de una WordCamp.
Mucho trabajo.
Mucho esfuerzo.
Mucha satisfacción.
¡Hola, Mundo!…
…
Pero aunque no lo creáis, esta historia no va sobre mí… Va sobre otra persona a la que conocí en dicha WordCamp…
Una persona que empezó de cero desde hacía menos de un mes, sin conocimientos previos sobre WordPress, pero con unas enormes ganas de darse a conocer al mundo y tener su propio espacio en el que expresarse y compartir con los demás sus experiencias.
Una persona que, durante cinco días, buscó en Internet información por su cuenta (vídeos, tutoriales y artículos) y que, en tan sólo dos días, tuvo su web acabada y operativa.
Tal y como él lo quería.
Tal y como a él le gustaba.
Esa persona me contaba su vida y de cómo había tomado la decisión de darle un giro hacia algo mejor. Me hablaba con enorme ilusión de su página web y de lo que había disfrutado creándola.
Me detallaba su intención de hacerla crecer y transformar esa web inicial en un comercio online.
Me pareció digno de admirar.
Así que todo esto que he escrito hasta ahora, lo he hecho por y para esas personas que quieren crecer, cambiar o lo que les apetezca y que aún no conocen qué es esto de WordPress.
Espero que les sirva de algo.
No sé…
Es probable que esto se publique en la sección de noticias de WordPress.org.
También es muy probable que la gente de la comunidad, que en su momento empezó con WordPress, recuerde sus comienzos y pueda estar, en mayor o menor medida, de acuerdo conmigo.
Pero tanto eso, como lo anterior, me importan bien poco.
Si esto se queda sólo aquí, en esta sección, es como si nos diéramos palmaditas en la espalda a nosotros mismos, diciéndonos qué buenos, qué majos somos y qué gran CMS usamos.
La auto-complacencia es algo horrible.
Espero que esto traspase los propias fronteras de WordPress, que se lea más allá de sus límites y que todo el mundo tenga la oportunidad de saber que, si quieres y te lo propones, con WordPress puedes.
Puedes tener una web que te pertenezca.
Puedes darte a conocer al mundo y compartir lo que quieras con él.
Puedes ser tú mismo y mostrárselo a todos.
Puedes hacer lo que la gran mayoría de nosotros hace realidad todos los días de su vida.
Y puedes empezar con algo tan sencillo como…
¡Hola, mundo!
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